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miércoles, 9 de mayo de 2018

La Antártida en "llamas"

Por Geralt

La Organización Meteorológica Mundial despejó hace poco la duda sobre cuál había sido la temperatura más alta jamás registrada en la Antártida. Dicho ente investigativo internacional dio a conocer sus evaluaciones a través de un profundo informe en el cual analizaron todos y cada uno de los resultados reportados por diferentes bases permanentes en el Continente Blanco. De acuerdo con los científicos, cada año nuestro planeta Tierra se vuelve más caliente, aunque el récord de calor alcanzado en el polo sur todavía permanece todavía inalcanzable. Dicha marca fue de 17,5 grados centígrados y fue tomada el 25 de marzo de 2015 por la estación de estudios argentina “Esperanza”.

El informe de la Organización Meteorológica Mundial fue necesario luego de que funcionarios de la Republica Checa comenzaran a afirmar que habían captado un valor más alto de temperaturas en la Antártida. Dicho país cuenta con una estación meteorológica de carácter automático. La misma está ubicada en Davies Dome, región cercana al extremo más septentrional de la península antártica, muy cercana a la “Esperanza”. El valor divulgado por los expertos de Praga fue de 17,9 grados Celsius, o su equivalente, 64,2 grados Fahrenheit.

Ante tal situación se hizo imperioso determinar cuál si el equipo científico de europeos había alcanzado apreciar un nuevo record. Para ello se constituyó un comité especial que logró examinar datos de todas las estaciones en la Antártida. El veredicto fue unánime. La medición realizada por la base de Davies Dome no puede ser considerada correcta. Los equipos de ese centro deben ajustarse y por tanto reducir sus valores reportados.

Los miembros de la Organización Meteorológica Mundial establecieron que el sensor de temperatura del equipamiento checo había sufrido al menos un calentamiento de unos 0,9 grados Celsius, por encima de los valores reales que se apreciaban a su alrededor en el momento de la observación. Los expertos también lograron dar con la causa de tal percance. Una combinación de la baja velocidad del viento y una alta radiación del sol, probablemente proveniente del propio astro y del reflejo de este sobre los helados terrenos, constituyó el motivo.

El esclarecimiento de la situación fue posible gracias al Archivo de Fenómenos Meteorológicos y Climáticos Extremos que es auspiciada por la Comisión Climatológica de la Organización Meteorológica Mundial. Al respecto, Randall Ceverny, miembro del comité evaluador, subrayó la importancia de poder contar con un sistema de registro de datos tan esmerado y cuidadoso. Gracias a que contaban con una base de datos debidamente mantenida y desarrollada, el trabajo de los analistas fue más fácil de lo previsto.

Monitorear las con la mayor exactitud posible la precisión de las temperaturas en el Continente Blanco es una tarea de máxima prioridad. La Antártida abarca cerca de 14 millones de kilómetros cuadrados, una extensión que prácticamente duplica a Australia. La mayor parte de su superficie está constituida por una enorme capa de hielo, la cual cuenta con un espesor de 4,8 kilómetros en los puntos de mayor consistencia. En esa área se concentra el 90 por ciento del agua dulce que hoy posee la Tierra. En caso de iniciarse un proceso de derretimiento, el nivel del mar de todo el planeta podría elevarse hasta unos 60 metros lo que provocaría grandes fenómenos climatológicos e incluso la desaparición de territorios insulares.

Por desgracia, el polo sur es una de las áreas con mayores índices de calentamiento en el globo terráqueo. En los últimos 50 años, se aprecia un crecimiento de casi tres grados Celsius. Además, los glaciares más periféricos han retrocedido hasta un 87 por ciento.

Por otro lado, las mediciones que realizan los científicos no solo están enfrascadas en la masa continental. La temperatura más elevada en toda la región, la cual inicia al sur de paralelo 60, es de 19,8 grados Celsius y esta fue observada en enero de 1982 en la base científica situada en la isla de Signy. No obstante la medición más alta para el centro de la meseta del continente ha sido de -7,0. Mientras que el mayor frio apreciado en igual espacio geográfico es de -89,2 grados Celsius.