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martes, 12 de junio de 2018

Francia y el control de los celulares en los colegios

Por Idefix

Incluso cuando a primera vista pareciera que el cambio legislativo es muy simple, lo cierto es que Francia ha puesto la mira en el control de los cada vez más frecuentes móviles dentro de los salones de clases de los colegios. La semana pasada la Asamblea Nacional de esa nación europea aprobó una enmienda que prohibirá el uso de teléfonos móviles dentro de las aulas, el patio y otras actividades extraescolares en escuelas desde la enseñanza primaria hasta la intermedia, las cuales incluyen a jóvenes de hasta 15 años de edad. De momento, tales limitaciones no incluirán los centros conocidos como liceos o institutos de enseñanza secundaria.

Aunque pareciera que el cambio legislativo es muy simple, lo cierto es que Francia ha puesto la mira en el control de las cada vez más frecuentes pantallas móviles dentro de los salones de clases de los colegios. Hace poco la Asamblea Nacional de esa nación europea aprobó una enmienda que prohibirá el uso de teléfonos móviles dentro de las aulas, el patio y otras actividades extraescolares en escuelas de enseñanza primaria e intermedia, las cuales incluyen a jóvenes de hasta 15 años de edad. Dentro de estas limitaciones no se incluirán los centros conocidos como liceos o institutos de enseñanza secundaria.

Asimismo, este cambio en la ley dejará un margen de trabajo a cada institución de forma independiente. De esa forma, cada escuela podrá disponer en qué sitio se guardan los celulares o las formas de castigar a los infractores de semejante norma. Por último, se añadió una excepción, que permitirá a los educandos valerse de estos dispositivos como mecanismos pedagógicos, un valor que sin duda pudiera ser aprovechado, más allá de los problemas que ahora mismo está causando el uso indiscriminado de los móviles por los niños y adolescentes.

Deja un margen a cada establecimiento para regular la aplicación de la norma: dónde guardar los teléfonos (en un casillero o en la cartera) o cómo castigar a quienes desobedezcan. Y permite excepciones para el uso pedagógico de los aparatos.

La aplicación de esta novedosa normativa se desprende de una de las promesas electorales que hiciera durante su campaña el actual presidente de la República, Emmanuel Macron. Además, se trata de la puesta en práctica de los métodos de Jean Michel Blanquer, ministro de educación, quien es partidario de las vías clásicas de enseñanza, cuya opinión con respecto al aula es que se trata de un espacio similar a un pequeño país dentro del cual se aprende a entender, escuchar, ayudar y trabajar en colectivo.

Aun a la espera de las votaciones que se realizarán en el Senado, para ser aprobada esta ley contó con el sí de la mayoría presidencial. Como tal, propone realizar una modificación del artículo 515 que forma parte del Código de Educación, cuyo texto oficial explica que tanto en escuelas maternales, como en elementales y otros colegios, el uso de dispositivos de este tipo queda prohibido para los estudiantes. Ahora, en la enmienda, esto se arregla agregando que los alumnos podrán valerse de estos medios en casos en que las condiciones del centro lo autoricen.

La línea que separa ambos documentos, el viejo y el nuevo, ha sido calificada como una de tantas que definen al sistema educativo del país europeo. Los opositores opinan que se trata de una maniobra comunicativa, de propaganda política, y que por tanto la enmienda no tendrá relevancia más allá del papel. Mientras, según estadísticas, la mayor parte de los centros educativos aplicaba la previa legislación, y se espera que a partir de ahora estas las instituciones cuenten con un basamento jurídico mucho más sólido para lidiar con una situación que antes no estaba del todo solucionada.

Hoy día se calcula que nueve de cada diez jóvenes en Francia, con edades entre los 12 y 17 años, tienen su propio móvil. Para los que crean las leyes, esto se traduce en un incremento en las posibilidades de que se conviertan en víctimas de ciberacoso, eso sin contar que los chicos pueden estar expuestos a imágenes agresivas que impliquen violencia deliberada y pornografía, todos factores que en un final hacen que pierdan concentración y dejen de aprovechar su tiempo en la escuela. Por último, según afirman especialistas, la situación es más negativa fuera del aula, en donde puede causar una reducción de la actividad física y de las interacciones sociales de los muchachos.