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viernes, 29 de junio de 2018

La isla efímera de Hunga Tonga

Por DianaLeon

Las llamadas islas nuevas son las que se han creado recientemente, ya sea por medio de volcanes, erosión, retroceso de los glaciares, u otros procesos. En el caso de las islas volcánicas, estas están situadas comúnmente en zonas donde convergen las placas tectónicas y nacen como volcanes marinos que, emergen a la superficie del océano a lo largo de millones de años, convirtiéndose en islas. Muchas de estas islas son inestables y pueden desaparecer en meses o años después de su emergencia.

Una de las más recientes de estas islas volcánicas se formó a partir de la erupción de un volcán submarino en el Reino de Tonga, en el Pacífico Sur, que estalló violentamente a finales de diciembre de 2014, enviando una gran cantidad de vapor, cenizas y rocas al aire.

A causa de la erupción, la nube de material alcanzó los 30 mil pies de altitud (unos 9 kilómetros), y cuando se asentaron las cenizas en enero de 2015, dieron lugar a una isla con una cumbre de 120 metros, situada entre otras 2 más antiguas.

La nueva isla fue bautizada informalmente como Hunga Tonga-Hunga Ha'apai y, en principio, los especialistas pensaron que duraría tan solo unos meses, pero un reciente estudio de la NASA confirma que estará por más tiempo, al menos entre 6 y 30 años. Y aunque es efímera persistirá lo suficiente para poder estudiarla, especialmente porque los investigadores creen que se asemeja mucho a los antiguos volcanes de Marte.

Hunga Tonga está situada en el borde de la caldera de un volcán submarino a unos 1400 metros sobre el fondo del mar, y es la primera isla de su tipo en la era de los satélites modernos. Esta característica ofrece a los científicos una visión sin precedentes de su evolución.

A partir de su estudio han podido comprobar cómo la erosión cinceló su perfil, desde la forma oval del principio a la apertura del lago en el cráter hacia el océano. Al llegar a ese punto, los científicos creyeron que había llegado el final de la isla, pero imágenes satelitales mostraron que se había formado una barrera de arena que cerró el cráter. Luego la isla siguió evolucionando y se hizo más estable a finales del 2016.

En lo relativo a su futuro los especialistas han calculado dos escenarios potenciales. Uno que comprende una erosión acelerada debido a la abrasión de las olas, que desestabilizaría el cono de toba en unos 6 o 7 años, dejando solamente un puente de tierra entre las 2 islas adyacentes más antiguas. En el segundo caso, se supone una tasa de erosión más lenta que durará unos 25 o 30 años.

La de Tonga es la tercera isla originada por una erupción surtseyana (erupción volcánica que se da en aguas poco profundas) en los últimos 150 años y que persiste durante más de unos meses. Este tipo de erupciones se denominan así en honor a la isla de Surtsey, que surgió de manera similar en la costa de Islandia en el año 1963. Los investigadores creen que la estabilidad de esta nueva isla del Pacífico puede residir en las 2 islas continuas, que tienen un sustrato bastante resistente lo que ayuda a mantenerla en su lugar.

Además, Hunga-Tonga resulta fascinante por sus similitudes con los antiguos volcanes de Marte. En ese sentido, Jim Garvin, científico jefe del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA señaló que todo lo que aprendemos sobre lo que vemos en Marte se basa en la experiencia de interpretar los fenómenos de la Tierra. Añade que creen que se produjeron erupciones en Marte en un momento en que había áreas de aguas superficiales persistentes, por lo que podrían utilizar esta nueva isla de Tonga y su evolución como una manera de probar si alguna de ellas representaba un entorno oceánico o un lago efímero.

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