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martes, 3 de julio de 2018

Nuevas alternativas para vencer al cáncer

Por Manolo

Un grupo de investigadores que trabajan para el Instituto de Oncología Vall d'Hebron (VHIO, por sus siglas en francés) han llegado a determinar un método para erradicar las células tumorales durmientes, causantes directas de la resistencia del organismo a los tratamientos y también de reincidencia de la enfermedad en pacientes que supuestamente ya estaban curados. El estudio, publicado en “The Journal of Clinical Investigation”, fue liderado por el Héctor G. Palmer, miembro del Grupo de Células Madre y Cáncer del VHIO, quien junto a la doctora Isabel Puig, entre otros, descubrió una novedoso objetivo que podría llevar a la eliminación de células resistentes a medicamentos y por tanto causantes de relapsos.

Para Palmer, el hallazgo de este factor epigenético, conocido como TET-2, significa un nuevo avance médico que daría mejores posibilidades para crear medicamentos que eviten las recaídas. Claro que estos resultados tampoco son obra de la casualidad, sino la consecuencia de una década de análisis, durante la cual, además del VHIO, han trabajado otros centros como la fundación Fero, el Instituto de Salud Carlos III, Ciberonc, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y Cellex.

El encargado del estudio señaló que los tumores cancerígenos se componen de células alteradas que se expanden sin control y de manera constante por los organismos, y contra las cuales existen mecanismos a nivel molecular que pueden ser capaces de frenar este comportamiento de crecimiento exponencial y llevar a las células enfermas a entrar en un estado similar a la animación suspendida, durante el cual ya no pueden hacer daño.

De momento, la mayor parte de los medicamentos existentes son capaces de detener la expansión mediante la eliminación de las células que se mantienen activas, “perdonando” a aquellas que se encuentran en modo “durmiente”. La causa de esto es que estas células resultan indetectables, y al no contar con una oposición, son capaces de diseminarse por el cuerpo y desarrollar una resistencia especial a cualquier tratamiento que se siga.

En este estudio se puede sacar en claro que las células tumorales durmientes pueden hallarse en diversas variantes de cáncer, como es el caso del glioblatoma, el de pulmón, colon, melanoma o el de mama.

Aun se desconoce el por qué, pero estas células que se hallan en stand by, en cierto punto comienzan a comportarse como “madres”, y así pueden llegar a regenerar la tumoración original y propagarse hacia nuevos sistemas y órganos, en un fenómeno entendido como metástasis.

Palmer explica que es vital que los pacientes confíen en la efectividad de los tratamientos y también en la idea de que la enfermedad quedará erradicada totalmente. No obstante, agrega que hoy en día esto es solo una promesa que es imposible de hacer, pues existe la posibilidad de que recaigan en un tiempo indeterminado.

Los oncólogos refieren que para determinar y destruir las células durmientes es de suma importancia entender la actividad del factor epigenético llamado TET-2. Este factor hace las veces de “conductor designado”, al dirigir de manera precisa la actividad genómica para que se reordene y fuerce a la célula a entrar en un estado de “sueño”, sin que esta sea capaz de desprenderse de sus características malignas, las cuales a su vez pueden aparecer en algún momento del futuro.

Luego de ser publicados los resultados de la investigación del VHIO, se ha logrado probar que la destrucción del TET-2 puede llevar eventualmente a la desaparición de todas las células durmientes, así que por lo tanto, este factor es ahora mismo el centro de la batalla. Con este nuevo conocimiento, se comenzó entonces a pensar en la creación de fármacos que sean capaces de deshabilitar su función enzimática. Como consecuencia, luego podrían eliminar las unidades que se resistan y evitar posibles complicaciones a mediano o largo plazo.

Por si fuera poco con el descubrimiento del TET-2 como objetivo del “bombardeo”, también se ha podido determinar un biomarcador específico que identifique a las células conflictivas.

De acuerdo con la disertación de Palmer, la TET-2 es una enzima que causa una oxidación en el conjunto de genes tumorales y deja una marca, conocida como 5hmC (5-hidroximetilcitosina), la cual es posible mesurar con técnicas de laboratorio. Según el especialista, TET-2 y 5hmC son directamente proporcionales, por lo que altos niveles de uno también significan mucho del otro, y por tanto mayores chances de resistencia al tratamiento y de recaída.