Argentina prohíbe algunos medicamentos
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) máximo órgano normativo argentino dio a conocer sus nuevas disposiciones en su último boletín oficial. Entre las prohibiciones esclarecidas por el organismo regulador de esa nación suramericana, está la total exclusión de cualquier lote del producto denominado “Troyer Insecticida Base Acuosa” de los establecimientos de comercialización públicos.
Este mencionado matainsectos es fabricado por la compañía WÖHR Química, que es propiedad del empresario Rubén Alberto Wohr. Además, la ANMAT también prohibió la comercialización de un grupo variado de medicamentos, los cuales no cuentan con los debidos registros de habilitación para circular en el país.
Las medidas contra el producto desarrollado por la empresa WÖHR Química no cuentan con adecuadas razones, según advirtieron los creadores de dicha sustancia. El Troyer, como bien se expone en la disposición 4317 de 2018 de la propia ANMAT tiene un modo de uso sencillo gracias a que su utilización solo implica la pulverización fina del preparado sobre las superficies donde se desea controlar la presencia de insectos. Al parecer no afecta ni a los animales ni a las plantas, pero si actúa de modo eficaz contra cucarachas, mosquitos, alacranes, pulgas, moscas, garrapatas y otras alimañas.
No obstante la entidad reguladora justifico su decisión tras realizar una minuciosa inspección basada en la Fiscalización de Productos de Uso Doméstico. La idea de llevar a cabo dicha revisión estuvo alentada por una consulta vía telefónica de un consumidor anónimo. De acuerdo con las explicaciones del organismo gubernamental, las pesquisas evidenciaron que la firma desarrolladora realizó acciones financieras con el producto fuera de la jurisdicción correspondiente. A su vez carecían del pertinente registro en la ANMAT, y como un mayor agravante a la situación de la empresa, esta no contaba con una adecuada habilitación que le permitiera elaborar productos de carácter insecticida.
A su vez, la mencionada organización estatal vetó la comercialización de un conjunto de productos para la salud humana. La ANMAT especificó que entre las consideraciones analizadas para promulgar la prohibición destaca el hecho de que todos los productos señalados no poseen registro de habilitación en su sistema. Además, hay casos en los que incluso las firmas encargadas de su desarrollo y las propias sustancias no se encuentran apuntadas en el Registro de Especialidades Medicinales (REM).
Los expertos de la ANMAR suscribieron a través de la disposición 4377 del presente año, publicada en el Boletín Oficial de la República, su medida es amparada por la Dirección de Vigilancia de Productos para la Salud (DVS). Ambos órganos reguladores sugieren erradicar la comercialización y uso de señalados productos en toda la geografía argentina. El objetivo de ambas instancias públicas es proteger a los posibles consumidores y usuarios de los medicamentos descartados, principalmente de aquellos carentes de las pertinentes habilitaciones.
Argentina es uno de los países más destacados en América Latina en la lucha contra las llamadas pseudociencias. De modo general, la denominada homeopatía y su farmacopea son debidamente cntroladas y sometidas a una regia vigilancia. Los organismos normativos el país no consideran a la mayoría de los productos con base acuosa como herramientas de probados resultados científicos. De ahí que la persecución a desarrolladores de productos con otra eficacia que no sea la estimulación de un efecto placebo entre los pacientes es ardua. Paradójicamente, en todo el territorio nacional existen varias escuelas homeopáticas, a las cuales solo pueden acceder personas que cuenten con un título certificado relacionado con la medicina o la farmacia. Sin duda una contradicción que debiera ser analizada por las autoridades pertinentes.
Ello unido a estrategias más continuas de revisión de las patentes debidamente registradas en los órganos capaces de organizar los ensayos clínicos de medicamentos podría ayudar a reducir la incidencia de fenómenos donde la ANMAT vea cuestionada su adecuada gestión.