Chile arde por los abusos sexuales
La situación se torna un tanto difícil en Chile, tras conocerse y denunciarse los abusos sexuales de ministros católicos. Pero literalmente Chile arde, pues recientemente se reportó un ataque incendiario a una iglesia en Santiago, la capital, como reproche a esos crímenes dentro del sector religioso chileno. Cada día el entorno en ese país sudamericano está más tenso en ese sentido.
El polémico tema de los abusos sexuales de ministros religiosos es debatido fuertemente en el Vaticano, y criticado en la sociedad chilena, donde se le exigió mano dura al respecto al papa Francisco en su última visita a ese país. El actual acontecimiento lejos de aplacar la situación, la hace más complicada, pues no es para nada pacífico un ataque incendiario contra una iglesia en la capital.
Un grupo de personas lanzaron unas tres bombas tipo molotov en el frontis de la parroquia Nuestra Señora de las Américas, en la comuna de Conchalí, un barrio de la zona norte de Santiago de Chile.
Los atacantes llevaban carteles consigo en los cuales calificaban de cerdos violadores a los representantes religiosos. De ese modo le pedían que pararan con sus sermones. Treinta y cuatro obispos de esa iglesia tuvieron que presentar su renuncia al papa Francisco hace una semana aproximadamente.
A pesar de los reproches de la sociedad ante tamaña desfachatez de los líderes religiosos de ese país, no se había registrado un hecho de este tipo en esta región. Sin embargo, se piensa que esa actuación puede estar determinada por el conocimiento de más expedientes de abusos sexuales cometidos por prelados.
Sí ocurrieron hechos similares tras la visita del papa en enero último, cuando varias capillas en la región de la Araucanía, visitada por Su Santidad, fueron objeto de ataques similares, además de un intento en Santiago de Chile.
Durante los últimos tiempos el Vaticano ha sido escenario de varias reuniones para analizar el comportamiento de los sacerdotes chilenos. Las noticias al respecto no paran; cada día, lejos de disminuir el número de obispos involucrados en actos de ese tipo, son más los que salen a la luz pública. Por ejemplo, la víspera se conoció de la confesión de un clérigo colaborador del arzobispo de Santiago, el cardenal Ricardo Ezzatti.
