Una computadora más "cool"
Muchos se preguntan las distintas alternativas para montar sus propias computadoras. La mayoría de ellos tienen sus objetivo muy bien definidos y por eso mismo es que piensan cuidadosamente los requisitos que debe cumplir su futuro ordenador. Pero lo cierto es que siempre hay un tema pendiente que todos buscan solucionar, entre ellos los informáticos: el silencio. Las PC que no generen ruidos se han convertido en un sugerente espacio que el mercado global pretende rellenar poco a poco. Todo comenzó con la esforzada labor de un usuario por alcanzar niveles imperceptibles de ruido en su PC. Finalmente, consiguió su gracias a la tecnología conocida como "refrigeración pasiva".
El novedoso método no es más que una esmerada elección de componentes. La poca potencia parece ser la clave para la aparición de las computadoras silenciosas. Si los implementos son muy potentes estos terminan emitiendo grandes cantidades de calor. De acuerdo con las declaraciones del creador, a través de su blog privado, existen restricciones para lo que se puede lograr mediante la refrigeración pasiva sin contar con ventiladores. En los ordenadores no generadores de sonidos resalta la aparición de un componente muy específico: la caja (o torre) donde se integran todos los elementos. Esta se trata de una Streacom DB4, ajustada para incorporar placas base de formatos Mini-ITX.
Siguió entonces la necesidad de buscar otros equipamientos que no demandaran grandes cantidades de energía. El creador escogió que su ordenador utilizaría un procesador AMD Ryzen 51600. Este a su vez debería poseer un TDP de 65 watts ya que esto facilita un aceptable consumo y ayuda a refrigerar superficies de manera masiva sin mayores complicaciones. El inventor también usó una placa base de nomenclatura ASRock con el chipset B350. Con esa nueva pieza se lograría estimular el micro del ordenador y aun así sostener bajas temperaturas a través del kit refrigerante LH6, que se ajusta muy bien a la caja elegida.
El usuario desarrollador también comentó que ya había completado su PC cuando salió al mercado la segunda generación de AMD Ryzen. Según su propia experiencia hubiera sido mejor los componentes más modernos porque habría dotado al sistema con mayor eficiencia. La memoria RAM - en este caso módulos Corsair Vengeance LPX con 32 gigabytes - y las unidades de almacenamiento - dos discos duros con capacidades superiores a un Tera cada uno – no son imprescindibles para conseguir el objetivo de los ruidos nulos.
Por otro lado, la tarjeta gráfica seleccionada si era clave en el proceso. En este componente el desarrollador se decantó por una gráfica GTX 1050 Ti de la compañía Asus. Según las experiencias recopiladas, estas fueron las más idóneas por su formato pequeño y también gracias a su poco consumo y a la posibilidad de que también podrían ser mantenidas a bajas temperaturas por refrigeración pasiva. Fue necesario retirar el ventilador sujeto a la tarjeta. Luego se le aplicó el kit refrigerante Streamcom propio del componente. A su vez, se colocaron disipadores de formato chico en los cuatro chips de VRAM de la tarjeta gráfica para poder regular también el calor en esos puntos.
También con el objetivo de lograr silencio total, el creador consideró que era importante la adecuada elección de la fuente de alimentación. Una vez más el Steamcom ZF240 fue la solución elegida. En este caso, una fuente fanless de 240 watts, capaz de facilitar capacidades de maniobra a todos los restantes implementos.
Puede que el PC dotado de refrigeración pasiva no sea el más adecuado para extensas e intensivas de videojuegos, pero si lo es para largos periodos de trabajo en las que los ruidos no estarán presentes en ningún momento. La puesta en marcha de la tecnología no ha sido barata. El usuario ha declarado que gastó, lo menos, tres mil dólares australianos en ello, lo cual equivale, aproximadamente a mil 900 euros.
