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lunes, 25 de junio de 2018

No todo lo que reluce es oro

Por Matraquito91

A todos nos encantaría tener una sonrisa blanca reluciente, pero existen estudios recientes que muestran que entre el 18 % y 52 % de las personas no están satisfechas con el color de sus dientes. En Estados Unidos, por ejemplo, el blanqueamiento dental constituye uno de los tratamientos dentales más solicitados, mientras que los británicos son a menudo el blanco de bromas por sus dentaduras imperfectas. Y no es para menos sentir la presión social cuando dientes blancos y perfectos llenan portadas de revistas y pantallas de cine en todo el mundo. Aunque no siempre estén saludables porque el color no es el único indicador de salud.

Sí, porque el tono de nuestros dientes depende de su color nato, influenciado en parte por nuestros genes y nuestra edad, y que se combina con las manchas que aparecen por fumar, comer, beber y consumir ciertas medicinas. Además, a medida que envejecemos, nuestros dientes suelen tornarse más amarillos debido a que el esmalte comienza a desgastarse, como es natural, exponiendo la dentina, el llamado marfil de los dientes, que se halla debajo.

Aunque también las manchas y dientes amarillentos se producen por ingerir alimentos como salsas a base de tomate y café que dejan compuestos coloreados llamados cromógenos, mientras que las bacterias u hongos pueden causar manchas verdosas y grisáceas. De hecho, muchos de los experimentos sobre el color de los dientes que se han desarrollado en tubos de ensayo propios de un laboratorio, en lugar de en las bocas de personas vivas.

Asimismo, se usan los dientes de las vacas porque les ofrecen a los investigadores una superficie más grande para estudiar, pero en ocasiones también se utilizan dientes humanos extraídos. Por ejemplo, un estudio realizado por Mark Wolff, de la Universidad de Nueva York, en EE.UU., humedeció los dientes de las vacas durante una hora en té negro, vino tinto y vino blanco, pero el primero no manchó los dientes a menos que hubiera sido antecedido por el vino blanco. Esto se debe a que el contenido ácido del vino ocasiona que el esmalte sea ligeramente más poroso, permitiendo que el té dejara su marca.

Sin embargo, cabe aclarar que estas manchas de alimentos y bebidas pueden decolorar los dientes, pero no indican que los dientes no sean saludables. Se pueden tener dientes blancos y aun así tener infecciones de las encías o caries. 

Al menos ahora sabes que no tener una sonrisa blanca y perfecta, no significa que no tengas dientes sanos.