El Mundial agoniza
Cuatro años de espera mantuvieron a los aficionados con unas ganas enormes de volver a disfrutar del espectáculo deportivo más relevante del año. Al final de cada ciclo, el Mundial de fútbol moviliza siempre a millones de personas que aspiran a ver en el estadio, o a través de sus televisores, a algunos de los mejores atletas de la Tierra luchando por grabar su nombre en lo más alto del Olimpo futbolero. Neymar, Cristiano Ronaldo, Messi, Griezmann, Mbappé, Hazard, Kroos, Modric y Kane son algunos de estos héroes que han dejado su particular huella en esta edición del torneo, que esta vez se celebró en tierra rusa.
Y como ya el Mundial va cerrando prácticamente sus puertas, pues faltan por jugarse solo dos partidos, quisiéramos hacer un repaso por los eventos y situaciones más atractivas entre las sucedidas durante la vigésimo primera ocasión en que se celebra la cita del orbe del balompié.
Para comenzar, está el tema de los goles. En los 62 partidos que se habían disputado hasta este jueves, se habían anotado un total de 161 anotaciones, las cuales dan para un promedio de 2.6 por juego. De esa misma cantidad de choques, solo uno se fue sin goles: tal fue el caso del enfrentamiento entre Francia y Dinamarca, efectuado en el Luzhnikí de Moscú, y que cerró las acciones del grupo C.
De momento, el inglés Harry Kane se va llevando la Bota de Oro, con un total de 6 dianas, y con un partido más —el del tercer puesto— por jugarse. Le sigue de cerca el belga Romelu Lukaku (4), que se enfrentará a su equipo por segunda vez en la final de consolación. Sin embargo, nadie tiene más goles que ese famoso jugador conocido como “auto-gol”, que hasta ahora supera por mucho a los principales artilleros, con 9 perforaciones en propia puerta.
Como en todo buen Mundial, también ha habido sus sorpresas. Imposible olvidar el triunfo de México sobre Alemania —con gol de Hirving “Chucky” Lozano—, en el debut de ambas selecciones, así como la posterior eliminación de los aún vigentes campeones a manos de Corea del Sur, escuadra que los derrotó 2-0 contra todo pronóstico.
Asimismo, resultó un hecho muy grato, sobre todo para la afición local, ver la forma en que se mostró el equipo ruso, que desde el partido inaugural jugó un fútbol práctico que le dio resultados increíbles. Uno de esos momentos especiales llegó cuando lograron sacar de la competencia a la poderosa España, basando su estilo en la solidez defensiva, y sobre todo en la experiencia de su arquero Igor Akinfeev, clave en la definición por penales frente a los ibéricos.
Otros de los conjuntos que deleitaron a ratos fueron el de Uruguay, todo coraje en cada una de sus salidas; Colombia, capaz de mejorar mucho en el transcurso de la competencia, e incluso de pelear hasta el final por el boleto a cuartos; Suecia, que sin brillar demasiado, demostró una vez más que no es necesario tener una gran estrella para que el equipo avance y tenga éxito; y Japón, que rompió el esquema que todos teníamos de los asiáticos, combinando calidad individual con trabajo colectivo, y que por poco no dio un susto mayúsculo a Bélgica en los octavos.
Ya en las instancias definitivas, resulta imposible obviar el salto de calidad que dieron selecciones jóvenes como la de Inglaterra, que de manos de Gareth Southgate alcanzaron las semifinales por primera vez en 28 años, y que a pesar de ceder frente a Croacia, esperanzan de cara a próximos grandes eventos como la Eurocopa de 2020.
Bélgica fue otro de los que dio el salto de calidad, luego de una actuación medianamente buena en Brasil, y un gran fracaso en la Euro de 2016. Ahora los astros se alinearon alrededor de Hazard, De Bruyne y Lukaku, para eliminar en su ruta hacia semis nada menos que a Brasil, otro de los grandes que cayeron antes de tiempo.
Pero si de éxitos hay que hablar, también de los fracasos. Argentina fue tal vez la que encabezó la lista de decepciones, al mostrar un fútbol gris y sin ideas, con el que lograron que ni siquiera un genio como Lionel Messi fue capaz de probar su valía en el campo, ante la falta de conexión y hasta de compromiso de sus jugadores.
España y Alemania, y en menor medida Brasil, también se quedaron por debajo de lo esperado, resultados que no solo confirmaron que los favoritismos no bastan, sino que las distancias futbolísticas cada vez se acortan más.