Cae un pedazo de historia tucumana
Un emblemático edificio histórico de la ciudad de Tucumán, conocido como Parravicini, se precipitó intempestivamente hacia el suelo recientemente. Mientras tanto, la policía y los bomberos intentan identificar las causas del siniestro que tuvo lugar en el horario nocturno. Hasta ahora, las autoridades consideran que el lamentable suceso está relacionado con la avanzada edad con que contaba el inmueble. La edificación, que era casi centenaria, durante varias décadas fue la sede de uno de los cines más antiguos que se construyeran en la República Argentina, todo lo cual ha causado que los ciudadanos de la comunidad se encuentren conmovidos y consternados. Además, en el accidente perdieron la vida al menos tres personas.
Un emblemático edificio histórico de la ciudad de Tucumán se precipitó intempestivamente hacia el suelo recientemente. La policía y los bomberos todavía intentan identificar las causas del siniestro que tuvo lugar en el horario nocturno. Hasta el momento las autoridades consideran que el lamentable suceso está relacionado con la avanzada edad con que contaba el inmueble. La edificación era casi centenaria y durante varias décadas fue la sede de uno de los cines más antiguos que se construyeran en la República Argentina. Por otro lado, los ciudadanos de la comunidad se encuentran conmovidos y consternados. En el accidente perdieron la vida al menos tres personas.
El edificio era considerado patrimonio local por los habitantes de la ciudad. Los bomberos todavía buscan a más víctimas que puedan permanecer entre los escombros del terrible acontecimiento. Las personas que se encontraban fuera de la instalación en el momento que se iniciara la emergencia relatan que ocurrió una fuerte explosión en una de las calles más céntricas de la capital provincial de Tucumán, la 24 de Septiembre. Al potente ruido le siguió la aparición de una elevada y densa capa de polvo. Las edificaciones cercanas al establecimiento fueron cubiertas por este.
Dueños de comercios y algunos transeúntes que se encontraban cerca del antiquísimo cine y se acercaron para ayudar dieron también declaraciones a la prensa. La mayoría de ellos coincide en que después del estruendo se inició un clima espantoso. El pánico inundó las calles aledañas y se escuchaban gritos por todas partes. Al parecer, muchos de los chillidos eran producidos por las víctimas y por quienes lograron salir ilesos del edificio siniestrado. Muchos ciudadanos salieron corriendo en busca de refugios lo más lejanos posibles. La columna de polvo era tan grande que muchos tropezaban entre ellos.
Los vecinos también refieren que las fuerzas del orden llegaron a desplegar su operativo en un periodo de tiempo realmente corto. Desplegaron las herramientas para posibilitar el rescate en solo minutos. De acuerdo con los relatos de testigos, la policía y los bomberos pedían constantemente que se hiciera silencio. El objetivo de esa medida era poder tener la posibilidad de escuchar los llamados de auxilio de quienes hubieran podido sobrevivir al derrumbe y estuvieran todavía atrapados.
El fiscal local, Diego López Avila, que todavía hay riesgos de que ocurran otros derrumbes, pero que a pesar de ello las autoridades continuaran removiendo las grandes estructuras derruidas. Por su parte, el jefe de la policía de Tucumán, José Díaz, fue deteniendo las operaciones de modo paulatino porque consideraba que no habría otros supervivientes.
El edificio se inauguró como cine en julio de 1923 bajo el nombre de “Grand Splendid Theatre”. La estructura en su momento imitaba las construcciones más modernas que habían comenzado a estar de moda en la Francia en las primeras décadas del pasado siglo XX. Durante las fechas posteriores a su inauguración el teatro creo grandes expectativas porque su belleza y modernidad resaltaban con respecto al resto de la ciudad. Alrededor de 50 años después el establecimiento pasó a llamarse “Teatro Florencio Parravicini” en homenaje al reconocido actor. En él comenzaron a interpretarse obras de algunas de las figuras más populares de la época. También se continuó la proyección de películas con el objetivo de seguir obteniendo beneficios.
Años después el sitio también operó como una cafetería e incluso como una sala para jugar a los bolos. A principios del presente siglo XXI, el edificio pasó a ser un restaurante chino, el cual debió ser clausurado con prontitud a causa de unas deplorables condiciones higiénicas. Alrededor de 2013 hubo otras transformaciones que se realizaron para revitalizar la presencia del edificio como comercio local. Sin embargo, las mejoras no fueron suficientes.
De acuerdo con las autoridades, el edificio formaba parte del listado de sitios y edificaciones con valor patrimonial de la ciudad de Tucumán. Los motivos del siniestro y sus posibles responsables ya se encuentran bajo custodia policial.