Una bomba en la Santa Sede
Un alarmante anuncio de bomba hizo que el baluarte principal de la iglesia católica en el mundo tuviera que ser evacuado con la mayor prontitud posible. La policía de la capital italiana también cercó los alrededores del Vaticano mediante vallas perimetrales para impedir que turistas y demás transeúntes estuvieran alrededor de la Santa Sede. Los cordones de las fuerzas del orden llegaron al menos 500 metros desde la oficina bancaria y zonas cercanas. Al mismo tiempo, la prensa reflejó que las actividades y recorridos al interior del Estado más pequeño del mundo no se vieron afectados y los excursionistas permanecieron dentro de las instalaciones.
Todo comenzó cuando los carabineros de la capital italiana recibieron una llamada anónima que notificaba la presencia de un paquete sospechoso en el interior de un banco que se encuentra situado a corta distancia del punto neurálgico del Vaticano, la plaza dedicada a San Pedro, el primero de los papas. Las autoridades señalan que la voz de la persona que empleó el teléfono para dar señales de alama pertenece a una mujer, pero esta decidió no identificarse. La policía se trasladó hasta el punto mencionado con varias de sus herramientas investigativas.
Las primeras indagaciones estuvieron a cargo de las brigadas caninas de los carabineros. Sin embargo, los animales no fueron capaces de captar ningún olor. En el punto señalado por la anunciante no fue encontrado ningún paquete, y mucho menos algún artefacto capaz de explotar. La entidad de monetaria fue desalojada y también se cerraron muchas de las calles más cercanas a él. El Palacio de San Pablo también fue evacuado para prevenir males mayores. En esa edificación se encuentran otras importantes oficinas del Vaticano.
Tras realizar continuas pesquisas, las fuerzas del orden decidieron frenar el cerco y permitir que la población volviera a transitar por las aéreas. También se alertó al público que ya no corría ningún peligro. Miembros del ejército, quienes fueron convocados a la zona de peligro, dieron su beneplácito a la suspensión del cerco policial. Varias horas luego de que la llamada tuviera lugar tampoco se registraron notificaciones de explosiones.
De modo alarmante cabe resaltar que mientras el incidente tenía lugar, el Papa Francisco se encontraba en medio de un evento público que tenía lugar en la Plaza de San Pedro. En dicho espacio se habían reunido miles de personas para escuchar una audiencia general en la que el Sumo Pontífice solicitó fervorosamente que los ciudadanos chinos que profesan la fe católica no fueran perseguidos. De acuerdo con las declaraciones del Vicario de Cristo durante el acto, esas personas también tiene derecho a que se les respete su filiación religiosa para poder mantener una vida pacifica donde impere la reconciliación y la concordia.
Si hubiera detonado algún explosivo, las muertes hubieran sido realmente cuantiosas, pues el banco solo está a menos de quinientos metros del centro del Estado más pequeño del mundo.
El Vaticano es considerado un país soberano e independiente desde que en 1929 se firmaran los Pactos de Letrán. Dicho acuerdo suscrito por la Santa Sede, hasta entonces un reino en sí mismo, y el Reino de Italia también estableció los límites geográficos de la pequeña nación. Su extensión total es de aproximadamente 44 hectáreas, lo que equivale a 0,44 kilómetros cuadrados. No tiene salida al mar, por supuesto, y 22 por ciento de su superficie es abarcado solo por la basílica y la plaza de San Pedro. Esas cifras demuestran que puede ser considerado el territorio más urbanizado del mundo.
El microestado del centro de Europa tiene una densidad poblacional de al menos 800 personas. Su máxima autoridad es el papa, como también este es la cabeza electa de la Iglesia Católica en todo el mundo, por tanto nos encontramos ante la única y exclusiva nación teocrática de Europa. Todas las piezas arquitectónicas que conforman el conjunto artístico-histórico del Vaticano fueron declarados en 1984 por la UNESCO como Patrimonio Universal de la Humanidad.