Cuidado con tu celular
Estados Unidos se preocupa por el uso excesivo que hacen sus ciudadanos de los teléfonos celulares. Y pudiera sonar extremista y hasta ridículo que un gobierno se ocupe de asuntos en apariencia tan triviales como estos, pero lo cierto es que el fenómeno pudiera ser agente detonante de enfermedades como el cáncer.
Ha sido exactamente el Departamento de Salud de California (CDPH, por sus siglas en inglés) quien publicó una guía para el uso responsable de los teléfonos celulares, en aras de disminuir el riesgo de la radiación que despiden los dispositivos móviles. Sobre este fenómeno la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), brazo derecho de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para este tipo de enfermedad, había asignado a los celulares la categoría 2B; o sea, agentes posiblemente causantes de cáncer.
"Si bien la ciencia está evolucionando, aún existen preocupaciones entre profesionales de la salud pública y el público en general sobre la exposición prolongada y de alto uso a la energía que emite un teléfono celular", dijo Karen Smith, directora del CDPH.
Es por ello que los galenos piden evitar tener el teléfono en el bolsillo, y mucho menos a nuestro lado en la cama mientras dormimos. El fenómeno, aunque afecta a todos, tiene su blanco fácil en los infantes. "Los cerebros de los niños se desarrollan durante la adolescencia y pueden verse más afectados por el uso del teléfono celular", aseguró la doctora Smith.
La guía práctica que han sacado a la luz incluye los siguientes consejos:
Alejar el teléfono 30cm o 40cm cuando enviemos un mensaje de texto o realicemos una llamada, pues en ese instante las ondas de radiofrecuencia (posibles causantes del cáncer) se magnifican. Limitar el uso del celular cuando la señal esté débil, pues en ese instante el dispositivo intensificará la potencia, aumentando a su vez las ondas de radiofrecuencia. Disminuir la cantidad de llamadas y su duración. Evitar dormir con el celular debajo de la almohada o cerca de la cabecera.
¿Difícil? Para muchos sí. No son pocos los que padecen del vicio de la telefonitis, y cada día aumentan su dependencia al dispositivo. Sin embargo, si de conservación de nuestra salud se trata, es mejor que no lo convirtamos en un imposible.