El Pisco, una bebida con historia latinoamericana
Sobre esa sobresaliente bebida americana llamada Pisco, debemos destacar que es uno de los grandes Brandys con denominación de origen, una representación de la gran historia coctelera de América Latina. Es la gran representación de los destilados de uva en Latinoamérica, donde dos países se disputan su origen, como mismo ocurre con el vodka en Rusia y Polonia. Chile y Perú dicen que el Pisco es autóctono de sus regiones y es real que ambas naciones descubrieron la bebida casi al unísono. Chilenos y peruanos enfatizan que fueron ellos los que dieron con la forma y procesamiento original de esta bebida.
Sin embargo, siempre lo identifican de manera diferente, el Pisco de los peruanos, por ejemplo, es más aromático. Pero lo que sí está claro es que ambos países son hacerdores de una joya antigua de los destilados latinoamericanos. Los pobladores originarios de estas regiones de los Andes siempre consumieron un antecedente del Pisco; pues hacían un fermentado a base de uvas no vitiviníferas y de otras frutas, con un proceso fermentativo que daba el toque alcohólico a la bebidas.
La técnica de destilación fue introducida posteriomente por los españoles y entonces le dio a estas, un realce como bebida espirituosa. La primitiva bebida se mezcló luego con uvas viníeras y no viníferas y se sometió a procesos fermetativos, de destilación y enguarde en barrita, lo que logró una bebida singular de la que prevaleció el Pisco Mosto Verde y el Acholado.
El Pisco pasado por barrita durante seis meses y varios años mejora con el tiempo, además, funde la expresión alcohólica y se unen en una aromaticidad llamativa y agradale,y es ícono de la gastronomía americana. Hoy en día está muy de moda la cocina peruana en el mundo, el seviche no debe faltar en las ofertas gastronómicas de los locales y el Pisco tiene una relación muy estrecha con ese plato, de hecho, muchísimas preparaciones autóctonas van de la mano con este grandioso destilado.
Se ha logrado llevar al Pisco al mundo de la sobremesa, al mundo del habano, propiciando nuevas sensaciones que muchos escépticos negaban que fuera posible. Como destilado, va a emitir procesos amaderados y el Habano transmite fundamentalmente tonos de frutos secos. Pero es por eso que existe una similitud que pudo dar pie a este simbólico maridaje latinoamericano.
Hay un coctel muy famoso que se llama Pisco Sower que, como el Martini, como el Mojito son muy relevantes en la coctelería internacional y que daría un agradable acercamiento también a los Habanos, a los Habanos de calibre fino o de calibre medio. Latinoamérica siempre tiene diferentes formas de elaboración de ese coctel, pero sobre todo se hace a base de Pisco con sus llamadas pocas envolturas y hay quien lo acompaña con la clara de huevo y una mezcla de limón.
También muchas personas evitan las envolturas, como pasa con el Mojito, y le ponen solamente una pizca de azúcar, como si fuera un daiquirí natural llevado a la fórmula más elemental, pero con base de Pisco.
El daiquirí natural batido a mano, con ron tres años y sin marrasquino va a ser también una mezcla parecida que ha ido cambiando con el tiempo. Por esa vía va también el Pisco Sower, es una moda que se impone otra vez, cocteles pasados de varias décadas que retoman al público, como el Gintonic en España por ejemplo. Se ponen en boga y se le añaden nuevas tendencias, pero siempre dejando la esencia.
Para estos queda bien la unión de los Brandys y los Coñacs con los cigarros Habanos. Han hecho buena relación de maridaje, aunque ese proceso siempre es subjetivo.