Lo que hay detrás de un SÍ o un NO
Bien sabemos que nuestra gestualidad o lenguaje extraverbal, influye en la imagen que proyectamos, y condiciona la opinión que se forman otras personas sobre nosotros. Sin embargo, y aunque muchas veces somos conscientes de ello; no siempre imaginamos el alcance real de un SÍ o un NO con nuestras cabezas. Fue por ello que dos investigadores de japoneses, Jun-ichiro Kawahara, profesor asociado de la Universidad de Hokkaido en Sapporo y Takayuki Osugi, profesor asociado de la Universidad de Yamagata en Yamagata, se propusieron investigar el impacto psicológico de dos movimientos de cabeza: asentir con aprobación y sacudir la cabeza en señal de desaprobación.
Con el objetivo de conocer el impacto de estos gestos universales sobre la simpatía y la accesibilidad a nivel subjetivo, efectuaron su estudio. No es la primera vez que se ha investigado sobre estos gestos en particular. En el año 2003 se realizó un estudio que reveló que asentir a lo que dice un interlocutor influye en las creencias del oyente. Sorprendentemente, los investigadores plantearon que cuando escuchamos un argumento débil, las personas que asienten con la cabeza tienden a estar en desacuerdo con dicha opinión.
En el más reciente estudio, publicado en la revista Perception, los japoneses pidieron a los participantes que calificaran la simpatía de una serie de figuras generadas por un ordenador. Utilizando caracteres similares, los científicos colaboraron previamente para investigar el efecto de los gestos sobre el atractivo subjetivo. Como resultado se "demostró que el movimiento de inclinación de las figuras 3-D femeninas generadas por el aparato realzaba el atractivo percibido".
Como los movimientos de cabeza se utilizan como señales de comunicación, los investigadores asumieron que asentir con la cabeza y negar con la cabeza "modularía las impresiones percibidas de los rostros modelo".
Para probar esta hipótesis, Kawahara y Osugi les pidieron a 49 adultos japoneses que observaran clips cortos de figuras que asentían, negaban con sus cabezas, o se quedaban quietas. Como colofón los participantes tuvieron que calificar el atractivo, la accesibilidad y la simpatía de las figuras, usando una escala de 0 a 100. En su gran mayoría, el estudio reveló que las figuras que asentían fueron calificadas como un 30% más agradables y un 40% más accesibles, en comparación con las figuras inmóviles o las figuras que negaban con la cabeza.
"Nuestro estudio también demostró que asentir con la cabeza aumentó principalmente la simpatía atribuible a los rasgos de personalidad, más que a la apariencia física", agrega Kawahara.
A decir de los autores, es la primera vez que se realiza un estudio que demuestra que el mero hecho de ver a alguien mover sutilmente la cabeza puede cambiar positivamente la actitud del observador hacia esa persona.