Relatos y escenarios sobre los cálculos renales
La litiasis renal es una enfermedad causada por la presencia de cálculos en la vía urinaria, conocidos como cálculos renales o piedras. En la Ciudad de Buenos Aires afecta alrededor del 4% de la población general; en el país cerca del millón y medio de personas sufren este trastorno. Esta afección puede presentarse con dolor intenso en región lumbar –el típico “cólico renal”-, sangre en la orina (denominada hematuria), eliminación de arenillas o de “piedras” por orina, náuseas y/o vómitos. En algunos casos no da síntomas y se detecta a través de radiografías o ecografías como hallazgo casual en busca de otras patologías.
Hasta la fecha, el cuerpo médico del Instituto de Diagnóstico e Investigaciones Metabólicas (IDIM) ha realizado la evaluación de más de 40.000 pacientes con litiasis renal, siendo la institución con mayor experiencia en esta especialidad en el país y la que más pacientes ha estudiado y diagnosticado. “La formación de nuevos cálculos, luego del primer episodio, afecta entre el 50% y el 80% de los pacientes no tratados o no controlados.
Según datos propios de nuestra institución, el 93% de los pacientes que siguieron el tratamiento no volvieron a repetir el evento. Es debido a esto que nace la importancia de realizarse un estudio metabólico luego del primer episodio que podrá, darnos a los profesionales más información sobre la enfermedad y así poder realizar un tratamiento acorde para cada paciente para que no repita la formación de nuevos cálculos”, detalla el Dr. Rodolfo Spivacow, especialista en nefrología de IDIM. Hoy en día con un buen diagnóstico y el tratamiento correspondiente, se puede evitar la formación de nuevos cálculos.
Luego del diagnóstico es necesario un control en el lapso de 2-3 meses a fin de evaluar la respuesta terapéutica. Si las respuestas son satisfactoria en general se aconseja un estudio cada 6 meses los primeros 2 años y luego un control anual. El tratamiento es permanente, dado que si se suspende la medicación y las medidas preventivas, la experiencia científica indica que los pacientes vuelven a producir cálculos.
Vivir una vida poco ejercitada aumenta la probabilidad de formar un cálculo. Esto no tiene ninguna asociación con la aparición o riesgo de formar cálculos renales como tampoco la realización de ejercicio físico. La dieta tiene mucha importancia en la formación de cálculos.
Efectivamente la dieta en aquellas personas predispuestas a formar cálculos renales puede modificar el riesgo de presentarlos. Las investigaciones en los laboratorios que identifican las causas de la formación de los cálculos aclararán si la alimentación es parte responsable de este trastorno. Una vez descubierta la causa de la formación de cálculos renales, el médico indicará una dieta especial. Es importante que la misma sea manejada por el especialista médico, en colaboración con una nutricionista entrenada en estos aspectos. En términos generales la ingesta diaria de 2 litros o más de líquido (especialmente de agua), puede reducir hasta un 50% la aparición de nuevos cálculos renales.
Otras recomendaciones son seguir una dieta no superior a 2.000 Kcal, pobre en grasa, baja en sodio (poca sal), limitando las proteínas animales, los azúcares y el alcohol. Los niños pueden formar cálculos. Sí, efectivamente los niños pueden formar cálculos renales. Del total de pacientes formadores de cálculos, un 2% aproximadamente son niños. Si se ingiere más calcio del que se necesita, se pueden llegar a formar cálculos, su expulsión. Por eso el calor (ya sea con almohada térmica o inmersión en agua caliente) es útil.
Si los padres sufrieron litiasis renal, los hijos tienen más riesgo en el futuro de formar cálculos. Por ende, efectivamente los hijos de los formadores podrían también tener riesgo de formar cálculos. Una vez eliminados o extraídos los cálculos no se volverán a formar nunca más. Para evitar formar nuevos cálculos hay que realizar primero el diagnóstico mediante un estudio metabólico de las causas que predispone a la formación y luego hacer un tratamiento dirigido para evitar la formación de nuevos.
Sólo los individuos que tienen predisposición a formar cálculos y pierden en exceso calcio por orina, por absorber mucho calcio a nivel intestinal, pueden agravar la formación de los mismos ante la ingesta exagerada de calcio. El hombre tiene más tendencia a formar cálculos. Este concepto ha cambiado, históricamente se pensaba que era una alteración más frecuente en los hombres. Hoy, luego de estudios estadísticos, se sabe que si bien predomina levemente en hombres, la relación hombres mujeres es muy pareja. Cuando se está cursando un cólico o dolor intenso, debo darme calor.